
¡Un hotel de Berlín reemplaza las camas por ataúdes!

¡No es por la crisis sino por exceso de imaginación!
Realmente esto no es un post sobre hoteles sino más bien sobre una forma diferente de ver la vida… El ” culpable” de haber decorado este hotel es el artista berlinés Lars Stroschen cuya trayectoria artística es bastante curiosa.
Este artista mostró desde muy joven una predisposición natural hacia el arte y tanto el dibujo, fotografía, construcción de muebles o música formaban parte de las disciplinas que cursó durante sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de la capital alemana. Cuando finalmente se decantó por la música, decidió alquilar dos cuartos de su casa para financiar los gastos de su estudio y sus producciones musicales. Pero, como este chico es un artista nato, no los alquilo tal y como estaban sino que los decoró en un estilo muy personal y único con el que cosechó rapidamente un éxito rotundo incluso en el extranjero donde la prensa comentó su originalidad y su imaginación. Tanto fue así que Lars Stroschen, al ver que estó podía resultar muy rentable y además una forma muy original de dar rienda suelta a todos sus talentos artísticos, decidió ampliar el proyecto y comprar un pensión que estaba en el mismo edificio. Entonces nació el actual hotel Propeller Island City Lodge que saca su nombre de una novela de Julio Verne “La Isla Misteriosa” con el que el artista firmaba hasta entonces todos sus trabajos musicales : Propeller Island.
Este proyecto duró cinco años durante los cuales el artista desarrolló 45 habitaciones para las cuales creó muebles y cientos de objetos especialmente pensados para cada ambiente así como esculturas acústicas y músicas compuestas exclusivamente por él para cada una de las estancias. Lars Stroschen tuvo además que conseguir que sus creaciones cumplieran con todos los requisitos de seguridad que exigían las autoridades. ¡En ciertas habitaciones no debió de ser sencillo! Después de este gran esfuerzo ha salido a la luz un hotel con habitaciones con nombres tan sugerentes como ” habitación de los símbolos “, “desnudos”, “cama voladoras” o “paísajes”… En algunas de dichas habitaciones todo el mobiliario está al revés y pegado al techo, en otras se puede dormir subido a unas grandes jaulas que parecen sacadas de una sala de tortura medieval, en otras se siente uno como en un hospital psiquiatrico con las paredes alcochadas y en otra, decorada como una celda de carcél, se accede a la terraza a través de un gran agujero… ¡probablemente hecho por un preso anterior!

Al leer este post podría parecer que las habitaciones van a ser muy caras pero en realidad no es así, se puede dormir desde unos 70 euros y el precio medio es de unos 120 euros. Además, el hotel permite cambiar de habitación cada día, si hay disponibilidad por supuesto, pagando un suplemento de 25 euros y es un servico gratuito para estancias de más de 4 dias. ¿Quién más puede ofrecer un alojamiento en una auténtica galería de arte?
Está es la web del hotel si os animáis a probar está experiencia única.