Para los que prefieren de vez en cuando el “turismo de sillón” os voy a compartir una web realmente muy bien hecha para efectuar una visita virtual de la Catedral de Córdoba. Es como tener el edificio a tus pies porque no falta ni un detalle, ni un rincón y además el templo se ve sin visitantes así que nadie interrumpe la perspectiva…
Lo dicho, si os apetece ver de manera privilegiada este emblema de la bellisima ciudad de Córdoba hay que visitar esta web.
El 27 de agosto a las 12 h en punto empezarán las esperadas Fiestas de Tarazona en honor a San Atilano con uno de sus mayores reclamos : el Cipotegato, declarado desde 1998 Fiesta de Interés Turístico.
El famoso Cipotegato es una de las tradiciones asociadas a las fiestas de Tarazona desde el siglo XVI, cuando este personaje, por encargo del Cabildo, precedía las procesiones y ahuyentaba a los niños que le arrojaban a modo de venganza hortalizas y sobrantes de los mercados que encontraban en el suelo.
También se cuenta que en tiempos hubo una cárcel en Tarazona y que cada año se indultaba a un preso ” si conseguía salir por sus propios medios de la ciudad“, una tarea muy difícil si recordamos que en esa época eran piedras lo que se le arrojaba al indultado en vez de tomates y que él para defenderse solo disponía de un palo de madera con una bola colgando en su extremo…
Hoy en día esta tradición ha perdido por completo su connotación religiosa o “liberadora” para transformarse en un principio de fiestas muy esperado. El entusiasmo por ser Cipotegato durante las fiestas de San Atilano ha obligado a la Comisión de Festejos a organizar un sorteo entre los numerosos aspirantes al título. Dentro de unos días sera un joven anónimo escondido en el traje varias veces centenario del personaje, un colorido traje de rombos que recuerda al “bufón” de las barajas, el que recorrerá una vez más la ciudad bajo una lluvia de tomates.
Como anécdota, recordaremos que el recorrido es secreto y lo decide el propio Cipotegato. Este tiene que salir (a duras penas!) de la plaza de Tarazona, correr a lo largo de las calles bajo un aluvión de tomates arrojados por el público, que le llegan tanto a él como a los espectadores, volver a la plaza y subirse al monumento dedicado a su figura desde donde saluda a la multitud que lo lleva a hombros hasta el interior del Ayuntamiento. ¡Entonces empiezan oficialmente las fiestas!
No hace falta precisar que este recorrido se convierte en una simpática batalla campal a golpe de tomates entre peñas, grupos de amigos, niños… que acaban “limpiándose” la ropa durante la charanga que recorre el pueblo al final de la celebración cuando los espectadores les arrojan cubo de agua desde los balcones o ¡algunos incluso utilizan mangueras para un limpieza más metódica!
Aprovechamos este post para recordar desde aquí que hace escasos meses se volvió a abrir al público la magnífica Catedral Santa María de la Huerta de Tarazona la “Capilla Sixtina del Renacimiento Español“. Desde aquí recomendamos su visita para poder admirar la cuidada restauración que se ha dilatado más de 30 años en el tiempo y poder disfrutar por fin de uno de los edificios más relevantes del arte sacro aragonés.
Acantilados esculpidos por el mar en Ribadeo (Galicia)
Ribadeo es un municipio de unos 10.000 habitantes situado en la provincia de Lugo limítrofe con Asturias que disfruta de un importante patrimonio artístico, sobre todo edificios de estilo indiano, herencia de un rico pasado de comercio marítimo con las Indias. Aunque uno de los vestigios más importante de la villa es mucho más antiguo, pues data de tiempos castrenses o celtas, es la Diadema de Ribadeo, una preciosa orfebrería de oro repujado con exquisitas esculturas de guerreros a pie o caballo, que se puede admirar en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Pero más que su patrimonio “humano” lo que más atrae a los visitantes a esta localidad es la grandiosidad de sus esculturas naturales en la Playa de las Catedrales declarada Monumento Natural por la Junta de Galicia.
A apenas 10 kilómetros de Ribadeo está situada la Playa de Aguas Santas que ha adoptado el nombre turístico de Playa de las Catedrales por la similitud que tienen sus acantilados con agujas góticas. Siglos de erosión y la fuerza imparable de las olas han creado formas dignas del más aventajado de los arquitectos. Lo más interesante es visitar primero la playa a pleamar (o marea alta) siguiendo la parte superior de los acantilados en dirección al este y observar entonces como se va vaciando poco el arenal durante la bajamar dejando aparecer un intrincado de cuevas marinas y pasillos de arena entre rocas. En ese momento es cuando se pueden contemplar en todo su esplendor unos acantilados que pueden llegar a medir hasta 30 metros y cuyos arcos se asemejan a los arbotantes de muchas catedrales. Entonces se puede acceder andando a las cuevas para ver de cerca la roca castigada por los elementos aunque siempre hay que tener cuidado ya que la marea sube muy rápidamente y algún despistado podría quedarse aislado entre las aguas…
Si su visita tiene lugar durante el mes de mayo le aconsejo que se acerque al Concurso de Tapas de Ribadeo que va ya por su quinta edición y donde se puede apreciar la calidad de los productos de esta tierra así como la creatividad de sus cocineros. El palmares del año pasado da buena prueba de ello.
Mejor tapa del año para el Restaurante La Solana “De Castilla a Galicia” que consistía en un Rollo de Lechazo con verduritas asadas y patata ahumada (destacar que este mismo restaurante fue ganador de la muestra anterior).
Segundo premio para el Bar Queimada con su “Hamburguesa de Chipirones“.
Tercer premio para el Restaurante Casa Pepe y su “Niño de Paspallás con Oricio de Rinlo“
Premio especial del jurado para la Cerveceria Pizzburg para su “Dos patos de un tiro” por su presentación.
¡Todo eso regado con una copita de Albariño y la estancia será perfecta!