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Conocer Delhi : la puerta de la India

Conocer Delhi : la puerta de la India

Delhi suele ser para muchos viajeros la puerta de entrada (y de salida) de los viajes al vasto país que es la India, un destino que enamora o provoca emociones encontradas pero que desde luego no deja a nadie indiferente.

La ciudad de Delhi con sus 9 distritos es una megalopolis inabarcable que puede acabar con los nervios de cualquier por su caos circulatorio, la cantidad de gente en sus calles y la constante sensación de contaminación que se siente al caminar por ella. Y dejaremos a un lado el calor porque si uno va a la India igual que si visita los Emiratos Árabes o Vietnam tiene que pensar que va a pasar calor. Aunque personalmente yo aguanto mejor los calores secos que los calores húmedos…¡ así que la India es más o menos como los Monegros en julio pero metido en una piscina de agua caliente! Pero está ciudad alberga también numerosos tesoros que merece la pena ver una vez en la vida.

Calles de la Vieja Delhi

Al llegar a Delhi nos da la bienvenida el ruido incesante de los claxons, parece que los casi 21 millones de habitantes de la ciudad se manifiestan todos a la vez, y enseguida nos vemos engullidos por el movimiento incesante del gentío y del propio ritmo de la ciudad.

Vamos a dar un paseo por la dos partes más significativas de la ciudad  Old Delhi y New Delhi.  La parte de Old Delhi es un verdadero laberinto de calles estrechas llenas de tiendas diminutas y semi en ruinas, puestos de comida callejera, boticarios, y trabajadores con oficios olvidados o nunca vistos en Europa :  limpiadores de orejas, barberos, limpiabotas, vendedores de té ambulantes… Es un dédalo de calles donde apenas caben dos personas pero donde acaban pasando a la vez una moto, un vendedor con carretilla, 3 compradores y…¡varios monos! Pues si, como en muchos lugares de la India los monos campan a sus anchas y pueden volverse bastante exigentes si no se le da algo de comer cuando lo reclaman…

Monos paseando por las calles de la Vieja Delhi

Nueva Delhi es todo los contrario, amplias avenidas, grandes plazas  que albergan los principales edificios gubernamentales (incluido el antiguo Palacio del Virrey), los hoteles más lujosos de la ciudad e increíbles residencias particulares. Es un contraste realmente chocante comparado con Old Delhi, y no viene nada mal gozar de algo de paz entre parques y edificios históricos…

Cómo podéis imaginarlo se pierde bastante tiempo en los desplazamientos entre un punto y otro debido al tráfico pero una vez que te acostumbras es hasta pintoresco recorrer las calles de la ciudad ya sea en Rickshaw (o electric Rickshaw porque ¡afortunadamente la mayoría hoy en día tienen ahora motor!) que se cuelan en la circulación con su pequeño tamaño, en metro si tenéis la fortuna de tener alguna parada cerca de los queráis visitar ya que todavía falta bastantes zonas de la ciudad por cubrir o, lo más habitual, con un coche, alquilado para media día o día completo, que os vaya dejando en cada uno de lo puntos de interés. Así por lo menos se llega evitando un poco el calor que puede ser sofocante en algunas horas del día…

Así que os voy a contar un poco las cosas que yo ví en Delhi y que creo merecen mucho la pena, vamos a empezar por el Viejo Delhi :

Templo de Akshardham

Un de los templos más impresionantes que se puede ver en está parte de la India es el de Akshardham que significa “La morada divina y eterna del Dios Supremo“. A pesar de su apariencia es un templo cuya construcción data de apenas 40 años y se inauguró en 2.005. Siete mil artesanos y más de 40.000 voluntarios participaron en la construcción del monumento que se financió gracias a las donaciones de miles de donantes y que es hoy el templo hindú más grande del mundo.

Aquí quiero hacer un pequeño paréntesis sobre algo que pasa habitualmente a la hora de entrar en casi todos los lugares públicos de la India : hombres y mujeres entran por entradas separadas. Así que en mi caso después de un laaargo vuelo y un paso de lo más rápido por el hotel para ducha y comida express me vi inmersa de pronto entre una alegre algarabía de saris multicolores y mujeres de todas las edades haciendo fila en el mayor de los desórdenes para entrar en el recinto. ¡El resto del grupo eran solo chicos así que mezcle yo sola en medio de todo ese movimiento! Fue divertido porque muchas niñas me tocaban la ropa porque les debía parecer muy extraña y la mayoría de las mujeres intentaban hablar conmigo aunque fuese en hindi, un idioma bastante hermético para mi la verdad, y enseñándome a sus hijos cómo si fuese una criatura exótica! Si vais a la India es algo que os pasará seguramente porque he descubierto que a los indios les encanta hacerse fotos con occidentales y si ya se es rubio o  pelirrojo ya es un no parar. En este monumento concretamente no os pasará por no se puede pasar pasar ni con cámara de fotos, ni móvil, ni aparatos de música… ¡tenéis que llevar la ropa puesta y poco más! Son muy, muy estrictos así que no lo intentéis o os impedirán la entrada y sería de verdad una lástima. Pues eso, id preparados porque en la mayoría de los sitios tendréis que pasar un control antes de entrar en los monumentos e incluso en los hoteles vigilantes miran los coches al entrar y también se cachea a los clientes siempre que vuelven al hotel.

Detalle de las esculturas de Ashkardham

Y ahora volvemos a Askardham que este templo merece totalmente la fama que se ha ganado estos últimos años. Es muy interesante empezar por esta visita porque es el sitio ideal para poder ilustrar las características del hinduismo, un religión que con tantos dioses tampoco es muy fácil de entender para un occidental.  El monumento central “Mandir” es un bellísimo edificio construido con piedra arenisca rosa de Rajastán y mármol blanco de Carrara (Italia), no se utilizo hormigón y estructuras metálicas para construirlo, está esculpido con más de 20.000 figuras y motivos florales que relatan la historia de la india y del Santo Swaminarayan.

Además está situado en un precioso recinto ajardinado y es realmente una suerte poder contemplar un conjunto escultural tan delicado y tan rico. No es de extrañar que según las estadísticas, 7 de cada 10 turistas que pasan por la ciudad visitan este templo lo que representa unas 10.000 personas al día. La entrada al monumento es gratuita (y cierra los lunes)  pero las exhibiciones que ofrece el templo puede costar entre 100 y 170 rupias salvo el espectáculo de la Fuente Musical que cuesta solo entre 20 y 30 rupias. El complejo tiene una pantalla de cine gigante IMAX y hasta un río artificial que se puede recorrer en barca para disfrutar totalmente de las zonas ajardinadas del recinto como el jardín Yogi Hraday Kamal donde se pueden leer en la piedra numerosas citas desde Martin Luther King hasta Shakespeare pasándo por Gandhi. Hay que tener en cuenta que como en muchos lugares santos de la India hay que cubrirse hombros y piernas, si lleváis un pantalón corto os dejarán un fular por 100 rupias que os devuelven cuando lo entregáis de nuevo en las taquillas.

Otro lugar que no se puede dejar de visitar en la vieja Delhi es Jama Masjid, la mezquita más grande de la India.

Jama Masjid y alberca de las abluciones

Realmente al acceder a ella se da cuenta uno de las dimensiones de este recinto : tiene capacidad para 25.000 personas y cómo la mayoría de la mezquitas que vimos en la India tiene un parte cubierta pero abierta hacia el patio que permite acoger a los fieles que se queden para descansar un tiempo o incluso a dormir si no son de Delhi y han venido de propio a rezar. Está situada a lo alto de una colina justo en frente del Fuerte Rojo del que os hablaré más adelante. Nada más entrar  os proporcionaran una suerte de djellabah si vais demasiado poco tapados  y también os cobrarán 200 rupias si entráis con una cámara de fotos, ¡avisados estáis!

Detalle Interior de la Mezquita

Este edificio se construyó entre 1644 y 1658 a imagen y semejanza de la mezquita de Agra. Nada más entrar al patio interior vemos una gran alberca de abluciones donde numerosos fieles se preparan antes de pisar el interior de la mezquita,  las dimensiones son realmente impresionantes y realzan todavía más el propio edificio. Posee 3 grandes puertas y 2 minaretes de piedra arenisca rosa, la piedra de la India, con incrustaciones de mármol blanco, una decoraciones que se puede observar a lo largo de toda la terraza. Los minaretes tienen una altura de 40 metros y se puede subir hasta arriba por una escalera lateral, son 139 escalones así que igual hay que pensárselo un poco si hace calor… Su fachada principal está rematada por 3 cúpulas de mármol blanca y negro con esa forma tan específica del arte mogol y se dice que alberga en su interior unas reliquias de Mahoma : un pelo, una sandalia y la huella de una pisada.  Al estar en un punto elevado de la ciudad se puede ver desde muchos sitios de Delhi y su estampa es realmente bonita cuando destaca sobre el cielo indio.

Cómo detalle práctico comentaros que os tendréis que descalzar en cuanto lleguéis a la puerta por lo que toda la visita a la patio será descalzo así que os aconsejo que os llevéis patucos o calcetines porque la piedra del suelo puede acabar ardiendo literalmente a según qué horas de la tarde y no es agradable hacer la visita así. Es un consejo que os doy para casi todas las visitas donde tengáis que descalzos porque de verdad que al cabo de un rato la piedra quema mucho y cuesta aguantar.

Siguiendo por la parte antigua de Delhi podemos acercarnos a un sitio muy bonito y muy tranquilo,¡merece la pena subrayarlo!,  de la capital : el Raj Ghat

Raj Ghat rodeado de jardines y vegetación

Este lugar está al sur del Fuerte Rojo a orillas del río Yamuna y señala el lugar donde fue incinerado el Mahatma Gandhi después de su asesinato el 30 de enero de 1948. Una sencilla losa de mármol negro señala el lugar donde tuvo lugar la incineración y una llama eterna arde sin cesar en uno de sus extremos. A modo de epitafio se pueden leer la últimas palabras de Gandhi al recibir la cuchillada mortal ” Hey Ram (Oh señor)”. Es una zona sagrada para muchos hindús porque además del mausoleo de Gandhi muy cerca están también los puntos de cremación de Jawaharlal Nehru así como la de su hija Indira Gandhi (también asesinada) y muchos de sus nietos.

El Raj Ghat está abierto todos los días salvo los lunes de 9h30 a 17h30 y merece la pena visitarlo porque es un lugar que respira mucha paz dentro del caos que puede llegar a ser Delhi y tiene unos jardines preciosos donde disfrutar de tranquilidad un ratito. Si queréis completar vuestros conocimientos sobre el Mahatma, podéis visitar el Museo Conmemorativo sobre Gandhi que recoge numerosos de objetos personales del líder Hindú así cómo periódicos y testimonios históricos de su combate para la igualdad a través de la no violencia.

Siguiendo nuestro periplo por la vieja Delhi terminaremos por el Fuerte Rojo que  aunque menos espectacular como el de Agra merece sin embargo una visita.

Puerta de Lahore en el Fuerte Rojo

Este fuerte empezó a construirse en 1638 y ya estaba acabado 10 años más tarde. Ostenta una muralla que mide 2,5 kilometros de largo con una altura que va desde 16 m a orillas del río hasta 33 metros en la zona que está cerca de la ciudad. Está rodeada por un foso de 9 metros de profundidad que, a pesar de las apariencias no protegía un fuerte sino un palacio que era la residencia del emperador Mongol Shah Jahan cuando trasladó su capital de Agra a Delhi. El fuerte tiene dos puertas principales, la Puerta de Delhi y la Puerta de Lahore. La puerta de Lahore es hoy la entrada principal del mercado de Chatta Chowk, uno de los más famosos de la ciudad. Este mercado ocupa el lugar que servía en origen de separación entre la zona militar y la zona palaciega.

Dentro de los muros del fuerte, llegaremos al Palacio pasando una puerta con una galería en la parte superior para acoger a los músicos que tocaban siempre que se acercaba alguien de la familia del emperador, de la nobleza o un invitado real. Al entrar y llegar al patio principal observaremos un trono que, según la leyenda, es un copia del templo de Salomón. Y detrás del trono se encuentran los apartamentos imperiales en una larga fila de pabellones que miran al río Yamuna y conectados entre si por una serie de canales de agua que en tiempos de su esplendor se perfumaba con flores. Este palacio tenía la pretensión de ser la representación terrenal del Paraíso del Corán tal como se puede leer en varias paredes del edificio : “Si existe un paraíso en la Tierra, está aquí, está aquí” Los planos del fuerte se basan en exigencias del islamismo pero añade algunos elementos de la espiritualidad hindú como ocurre en muchos ejemplos de arquitectura mongol formando uno de los conjuntos más equilibrados de construcción mongol en la India. Este edificio se puede visitar todos los días salvo los lunes desde la salida del sol hasta la puesta del sol.

Pórticos del Fuerte Rojo

Con esto termina nuestro recorrido por una parte de la Vieja Delhi que nos ha permitido conocer algunos de los edificios más representativos de la ciudad aunque cómo siempre, faltará más de uno que también merecería una vista pero os aseguro que no es fácil ir de un lado a otro en una ciudad tan bulliciosa. Por otro lado sé que falta un apartado que no suele falta en mis post… ¡la comida! Pues lamento informaros que he sido totalmente incapaz de apreciar la comida india porque creo que me llevaban a sitios tan “auténticos” que fui incapaz de comer por lo picante que estaba todo. Si de una cosa puedo presumir es de tener buena boca pero tengo tolerancia 0 con el picante lo que os aseguro es un problema enorme para comer en la India : ¡es la primera vez que vuelvo de un viaje más delgada de lo que me he ido! Entiendo que la comida india debe ser igual de buena que cualquier otra pero personalmente solo pude comer de nuevo en Nepal donde la gastronomía es muy parecida pero sin picante… Así que en este caso vais a tener que perdonarme pero mientras sigamos en la India no podré cantaros las alabanzas de la comida a pesar de ser probablemente una de mis especialidades y de las cosas que más me interesan…

¡De momento os dejo disfrutar de la parte antigua de Delhi y nos volveremos a ver para disfrutar de sus barrios más nuevo en un próximo post!