Esa sensación de plenitud y de vitalidad que tenemos cuando viajamos está totalmente resumida en esta frase. A menudo sentimos la vida cotidiana como una parte un poco “dormida” de la existencia y esperamos con impaciencia esos días de descanso cuando podremos hacer cosas que de verdad nos apetecen y conocer sitios con los que siempre hemos soñado.

Vivamos entonces, y aprovechemos todas las ocasiones de salir de nuestro cotidiano para recorrer el mundo y crecer como personas tal como no los aconseja Gustave Nadaud, escritor francés del siglo XIX.