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Conocer la Costa Oeste de Canadá

Conocer la Costa Oeste de Canadá

Vista de Calgary desde el Puente de la Paz
Vista de Calgary desde el Puente de la Paz

Ya conocemos un poco más la Coste Este de Canadá así que quizás es el momento de aterrizar en Calgary para conocer la parte Oeste del país. Así que sabéis, nos ponemos ropa cómoda, ¡preparamos la maleta y volando a Canadá! Este viaje está pensado para viajeros que desean sobre todo conocer y disfrutar de los más impactantes paisajes canadienses : lagos cristalinos, altas montañas nevadas, senderos en plena naturaleza, panorámicas que cortan la respiración… ¡Amantes de la naturaleza a vuestros puestos!

Día 1 : Calgary

Llegada a Calgary la mayor ciudad del estado de Alberta y tercera del país en cuanto a habitantes. Estancia libre para los viajeros y descanso en el hotel que el viaje es un poco largo… 

Down Town - Calgary
Down Town – Calgary

Día 2 : Calgary – Parque Nacional de Banff

Después del desayuno toca paseo panorámico por la ciudad para centrarnos un poco en las calles de la más famosa de la capitales de “vaqueros” después de Texas. En casi todas las calles del centro encontraremos tiendas con material para montar a caballo o convertidos un verdadero peón de rancho. También tendremos ocasión de vivir este pasado en primera persona en nuestra visita al Heritage Park donde conoceremos la historia de la ciudad y el impacto que significo para sus habitantes la llegada del ferrocarril y es desarrollo de la extracción petrolífera.

Heritage Park - Calgary - Canadá
Heritage Park – Calgary – Canadá

Después de esta agradable visita seguiremos hacía el Parque Nacional de Banff el parque más antiguo y más famoso de todo Canadá. Es el sitio ideal para disfrutar de los increíbles paisajes naturales de las rocosas visitando el Lago Minnewanka, las Cascadas de Bow o la Montaña Tunnel. Sus paisajes boscosos, lagos, cascadas, glaciares, kilómetros de senderos… y sus más de 25 picos superiores a los 3000 metros, lo han convertido en un gran polo de atracción. Para añadir todavía más interés a la visita quizás tengamos la suerte de cruzarnos con algún representante de la fauna salvaje a la vuelta de un sendero : alces, osos pardos y grises, zorros pasean a sus anchas por todo el territorio… Banff es un oasis de aspecto alpino rodeado por las Rocosas que forman un auténtico anillo montañoso alrededor de los valles del parque. Los más activos podrán disfrutar por la tarde de actividades al aire libre en este entorno privilegiado como  rafting, paseos en helicóptero, bajar un río en canoa, pescar truchas salvajes… los demás pueden irse sencillamente a disfrutar de una tarde de Spa en algunos de los hoteles o simplemente caminar para disfrutar de los paisajes .

Osos pardos en el Parque de Banff - Canadá
Osos pardos en el Parque de Banff – Canadá

Día 3 : Lagos del Parque Nacional Banff

Este día esta pensado para disfrutar totalmente de la naturaleza visitando algunos de los lagos más famosos de Canadá como el Lago Moraine enmarcado por el Valle de los diez picos, esta imagen es la que aparece en los billetes de 20 dolares canadienses por lo que se suele llamar a este paisaje “la vista de 20 dolares” . Después de admirar este magnífico lago glaciar seguiremos hacía el Lago Louise  desde el que se puede observar otro glaciar, el Glaciar Victoria, considerado uno de los paisajes más espectacular del mundo, quedará sin duda grabado para siempre en vuestros recuerdos. En el camino de regreso hacía el alojamiento aprovecharemos la ocasión para hacer una última parada en el Lago Esmeralda, situado en la parte del Parque Nacional de  Yoho muy llamativo por su intenso color y llamado el lago espejo por la transparencia de sus aguas. Este lago descubierto hace apenas 134 años ofrece uno de los paisajes más hermosos de Canadá que se puede recorrer siguiendo el sendero de 5,1 kilómetros que bordea sus aguas cristalinas. ¡Un día para acabar con todas las baterías de cámaras de fotos, de vídeo y móviles!

Parque Nacional de Banff - Lago Moraine - Canadá
Parque Nacional de Banff – Lago Moraine – Canadá

Día 4 : Parque Nacional banff – Campos de Hielo – Jasper 

Después de un desayuno copioso nos dirigiremos hacía la Montaña Castillo otro de los sitios más nombrados del parque. Seguiremos nuestra ruta pasando por algunos de los más bellos glaciares de esta regiones. Así conoceremos los glaciares de Pata de Cuervo (o Crowfoot en inglés) y los lagos Bow y Peyto (solo en verano). Siguiendo esta ruta entraremos en el Parque Nacional de Jasper situado en Alberta, el estado más septentrional de las Rocosas, que forma parte del Parque de las Montañas Rocosas de Canadá patrimonio de la Humanidad desde 1984. Al cabo de un pequeño recorrido en bus, llegaremos hasta el Glaciar Athabasca situado en el Campo de Hielo Columbia, el mayor campo de hielo al sur del Circulo polar Ártico. El Glaciar Athabasca es uno de los más accesibles desde la carretera así que aprovecharemos para dar un paseo en el Ice Explorer, unos vehículos especialmente habilitados para poder acceder a todos los puntos del parque incluso en pleno invierno sobre las aguas heladas del glaciar. Después de todo este día en plena naturaleza nos dirigiremos hacía el pintoresco pueblo de Jasper para recorrer sus calles que nos harán sentir como en el protagonista de “Doctor en Alaska”.

Logo Bow - Parque nacional Banff - Canadá
Logo Bow – Parque nacional Banff – Canadá

Día 5 y 6 : Jasper – Kamloops con Rocky Mountaineer – Vancouver

¡Estos dos días son de pura contemplación! No quiero decir con ello que esperamos una aparición mariana sino que vamos a hacer el viaje desde Jasper hasta Vancouver en tren, a la antigua usanza pero en unos vagones panorámicos con techos transparentes. Es un recorrido de dos días a bordo del Rocky Mountainer que incluye desayunos y comidas y también 1 noche de hotel. Este forma de transporte permite conocer esta parte de Canadá de una forma tan cómoda como espectacular ya que el recorrido del tren pasa por valles encajados, altos puentes metálicos y rutas pegadas a las faldas de las Rocosas. Nos os perdáis este viaje que os permitirá conocer los más bellos paisajes de Canadá como si fuerais un colono del siglo XIX llegando a un territorio desconocido. ¡Eso si, con todo el confort!

Tren Rocky Mountaineer - Canadá

Día 7 : Vancouver

Después de haber recorrido buena parte de la parte más “salvaje” de Canadá nada mejor que llegar a Vancouver para descubrir esta ciudad a medio camino entre el mar y las montañas. debido a su situación geográfica privilegiada, Vancouver cuenta con uno de los climas más placenteros de Canadá durante todo el año. Al llegar a esta gran ciudad visitaremos el Parque Stanley, ¡el parque municipal más grande del mundo!, un pulmón verde de más de 400 hectáreas donde se puede disfrutar de los 9 kilómetros del rompeolas, pasear por su bosque húmedo, conocer a una familia de mapaches o admirar los 9 totems traídos desde varias provincias del país para recordar a los primeros pobladores de las tierras canadienses. Seguiremos hacía el barrio de Gastow, verdadera cuna de la ciudad actual de Vancouver donde podremos por la noches disfrutar del ambiente de sus bares, pequeños restaurantes y pubs y de día podremos acercarnos al famoso reloj de vapor que constituye seguramente la mayor, y más divertida atracción, del barrio. Conoceremos por supuesto el centro financiero de la ciudad y recorreremos el pintoresco barrio Chino, veremos el edificio Sam Kee, el edificio comercial más estrecho del mundo (1,5 m de ancho en algunos de sus tramos!) y podremos perdernos por los senderos de los parques del Dr Sun Yat Sen o simplemente pasear entre las tiendas o pequeños puestos de las calles. Y no podéis perderos una visita Grandville Island, un barrio histórico de vancouver hasta hace relativamente en decadencia y con poco interés turístico pero transformado hoy en día en un dinámico barrio con galerías de arte, boutiques de artesanía y un inmenso mercado con lo mejor de la gastronomía canadiense.

Reloj de vapor de Gastow - Vancouver - Canadá. jpg
Reloj de vapor de Gastow – Vancouver – Canadá

Día 8 : Vancouver

Este día siempre es el más difícil porque las vacaciones han terminado y hay que volver a casa… Quizás sería buena idea para despedirnos de la ciudad haciendo un pequeño crucero por False Creek, en el centro de la ciudad, para ver desde el agua Grandville Island, el distrito histórico de Yaletown, el moderno edificio del Edgewater Casino, la zona verde del David Lam Park o la zona del Olimpic Village. Una de las formas más cómodas de hacer este recorrido por las aguas es utilizando el Aquabus un simpático barquito que circula por el pequeño golfo enseñándonos las mejores panorámicas sobre la ciudad de Vancouver. Este tour nos ha permito hacer fotos de algunas de las más bellas zonas naturales de Canadá ahora solo nos falta completar las galería de imágenes con estampas más urbanitas…

Vista de Grandville Island desde el Aquabus - Vancouver - Canadá
Vista de Grandville Island desde el Aquabus – Vancouver – Canadá

Observar osos negros en Canadá

Observar osos negros en Canadá

Oso Negro de Canadá

Una de la actividades más demandadas durante los viajes a Canadá es la observación de osos negros en su habitat natural. Si tenéis ocasión seguro que os encantará ver estos auténticos peluches aprovechar los días de buen tiempo para calentarse al sol y recuperar todos los kilos perdidos durante el invierno.

Los osos ivernan de octubre a abril o mayo por lo que el momento ideal para poder observarlos en plena naturaleza es de junio a septiembre. En estos meses los animales recuperar el peso perdido durante el invierno y acumulan reservan para suportar el nuevo invierno que no deja de llegar puntualmente cada año. A pesar de estar presente en varias regiones de Canadá, el oso negro prefiere hacer acto de presencia en bosques de vegetación densa como en los Montes Laurentinos de Quebec lo que hace que verlo no sea tan sencillo. ¡Nuestro protagonista es algo tímido!

El mejor momento para verlo depende un poco del lugar de avistamiento, en regiones salvajes  su actividad es más intensa desde el alba hasta el crepúsculo sin embargo, si su habitat está más cerca de asentamientos humanos tiene tendencia a esperar al crepúsculo para que sus movimientos escapan a la mirada de los humanos. La observación des estos gigantes es posible en varias regiones de Canadá y siempre es segura si tiene lugar en un marco delimitado y acompañados por profesionales. De todas formas, si os encontrarais de pronto frente a un osos durante una excursión por el bosque, cosa poco probable, no temáis ¡el oso os temerá más a vosotros que vosotros a él!

Familia de osos en los Montes Laurentianos - Canadá
Familia de osos en los Montes Laurentianos – Canadá

Para verlos mejor tenemos que ir bien preparados así disfrutaremos al máximo de esta actividad :

  •  Por supuesto no olvidarse de las cámaras de fotos con teleobjetivo para ver hasta el último detalle y también cámara de video con un buen zoom.
  •  Al realizarse la actividad en plena naturaleza, recomendamos llevar ropa cómoda, mejor si son pantalones y camisa larga y zapatos se suela gruesa.
  •  Cómo el avistamiento se realiza durante los meses de verano nunca viene mal aplicarse un repelente de mosquitos.
  • Y no olvidar que esta prohibido llevar comida al bosque. ¡Si queréis comer tiene que ser antes o justo después de la actividad!

Solo podemos recomendaros que si tenéis ocasión no os perdáis la ocasión de ver a estos animales en su propio habitat, en las programaciones de rutas más salvajes se pueden hacer estos avistamientos desde algunos hoteles como el Hotel Lac à l’Eau Claire desde los que se puede acceder a una plataforma perfecta para contemplar familias completas de osos. Desde unos cómodos observatorios se puede también disfrutar de unos vistas increíbles sobre el bosque, ver algún zorro que se acerca con descaro al hotel o admirar las innumerables flores que empiezan a invadir el espacio entre los árboles.

Itinerario ideal para una primera visita de Canadá

Itinerario ideal para una primera visita de Canadá

Siempre que visitamos un país tenemos que dejar de lado muchos lugares interesantes a los que, por desgracia, no se llega… Por eso es muy importante plantearse un itinerario lo más completo posible y que permita ver el mayor número de aspectos que puede ofrecernos un país. Nunca puede ser del todo exhaustivo (¡y menos en un país tan grande como Canadá!) pero por lo menos se puede intentar. En este caso os voy a indicar un recorrido muy aconsejable para conocer tanto las grandes ciudades de Canadá como sus paisajes más emblemáticos.

¡Nos vamos de viaje!

Día 1 : Llegada a Toronto

Llegada al aeropuerto de Toronto y traslado hasta el hotel situado en el centro. Después de descansar un ratito de tan largo viaje, os aconsejamos que os acerquéis hasta el barrio del Entertainment, entre las calles King y Queen donde están los locales de ocio nocturno más populares e incluso acercarse hasta el Puerto de Toronto que también es muy bonito por la noche.

Vistas del skyline de Toronto - Canadá
Vistas del skyline de Toronto – Canadá

Día 2 : Toronto – Cataratas de Niagara – Toronto

Por la mañana visita de Toronto, la mayor ciudad de Canadá y capital de la provincia de Ontario. Visita del centro financiero, del ayuntamiento antiguo y del nuevo, la avenida University con sus hospitales históricos e instituciones más importantes seguido por el Parlamento Provincial y la Universidad de Toronto. Daremos después un paseo por el elegante barrio de Yorkville y sus tiendas exclusivas y terminaremos con un recorrido por el barrio chino, el segundo en importancia de Canadá. Desde allí tendremos la oportunidad de subir a la Torre CN, la estructura independiente más alta del hemisferio occidental con 553,33 metros de altura.

Cataratas del Niágara desde la terraza panorámica del restaurante Skylon.
Cataratas del Niágara desde la terraza panorámica del restaurante Skylon.

Después del almuerzo, carretera y manta hacia Niagara on the lake, conocido como el pueblo más bonito de Ontario. Aunque bien es cierto que la inmensa mayoría de los visitantes solo quieren ver las Cataratas del Niagara, merece la pena, y mucho, visitar este pueblo de perfil marcadamente inglés con sus deliciosas calles de casas victorianas. Después de recorrer la calle principal, nos dirigiremos hacia las turbulentas aguas siguiendo el espectacular camino panorámico que bordea el río. Frente a nosotros aparecerán las majestuosas cataratas que se han convertido desde hace años en uno de los mayores destinos para viajes de novios de Norteamérica. Tomaremos el Hornblower para dar un paseo en barco hasta el centro de la herradura que forman las aguas ¡preparad impermeables que nos mojaremos! Os recomiendo para rematar la visita un almuerzo en el Restaurante Skylon, las vistas son increíbles hasta tal punto que parece que uno sigue estando encima de las aguas del río. Por la tarde volveremos a Toronto donde llegaremos a tiempo para un paseo nocturno y una última cena en esta gran ciudad. ¿Os apetece probar el plato nacional de Canadá, la Poutine? El mejor sitio para hacerlo sea probablemente el restaurante Smoke’s Poutinerie donde se puede comer la Poutine tradicional pero también aderezada de las carnes más variadas.

Día 3 : Toronto – 1000 Islas – Ottawa

Después de un desayuno tempranero saldremos por la Transcanadiense que recorre Canadá de Esta a Oeste, hacia Ottawa con parada incluida en un “Truck Stop” para poder ver de cerca los inmensos camiones que surcan las carreteras de Norteamérica y Canadá. Después, seguiremos el viaje hasta la zona de las 1000 Islas, probablemente una de las zonas más  bonitas y románticas de Canadá. A través de una excursión en barco podremos admirar este millar de diminutas islas, muchas de ellas con mansiones y casas solariegas donde vive una sola familia. La mayoría con embarcadero particular donde llegaban los habitantes de Ottawa para disfrutar de la naturaleza durante fines de semana o vacaciones en su residencia segundaría. Nos costará abandonar este bello rincón pero seguiremos nuestra ruta y al final de la tarde llegaremos a la capital del país para seguir disfrutando del viaje.

Vistas de las 1000 Islas -  Ottawa - Canadá
Vistas de las 1000 Islas – Ottawa – Canadá

Día 4 : Ottawa

¡Hoy nos toca conocer la capital de Canadá! Empezaremos por la Colina parlamentaria para tener las mejores vistas sobre la ciudad y después nos dirigiremos a la catedral, la residencia del primer ministro y la del gobernador general que representa a Gran Bretaña en suelo canadiense. Seguiremos también las orillas del Canal Rideau con sus hermosas mansiones y jardines frondosos con flores multicolores. De mayo a agosto aprovecharemos para visitar las caballerizas de la policía montada de Canadá, y durante los meses de julio y agosto tendremos la suerte de poder ver el cambio de guardia en la colina del Parlamento. Para comer solo os puedo recomendar acercaos hasta el By Market, un mercado muy animado con los mejores productos de Canadá y uno de los mejores lugares para comprar souvenirs, objetos de artesanía o jarabe de arce mucho más barato (y mejor) que el que se encuentra en las tiendas de souvenirs de la ciudad. Es también el lugar ideal para tomar el almuerzo ya que esta lleno de pequeños restaurantes y pequeños puestos de alimentación, ya es famoso la tienda de galletas de este mercado porque, dicen, es una de la favoritas del presidente Barak Obama. Quizás podéis aprovechar para tomar otra Poutine, ese plato típico a base de patatas, queso y salsa de carne que os mencione anteriormente y que no os ayudará para nada a alcanzar el peso ideal para lucir bikini en la playa pero que puede constituir un buen carburante para seguir adelante con el programa. De hecho, si os atrevéis con la Poutine también deberíais probar la famosa Cola de Castor (Beavertails), la preparan muy bien en una pequeña cabaña de madera situada justo enfrente de la entrada del mercado. Es una masa ovalada, (¡de ahí el nombre!) frita y después aderezada con mantequilla de arce, chocolate y trozos de plátano, confitura de bayas variadas… Si os parece mucho para tomarla solito, decidle al vendedor que os parta la Cola de Castor por la mitad, ¡seguro que encontráis alguna alma bondadosa para compartirla!

Puesto de Beavertails (colas de castor) en By Market - Ottawa - Canadá
Puesto de Beavertails (colas de castor) en By Market – Ottawa – Canadá

Podéis aprovechar después la tarde para conocer mejor esta ciudad por libre o también es posible acercaos hasta el Casino de Lac Leamy si tenéis alma de jugador en una pequeña excursión que os acercará hasta las puertas de este lugar muy animado sobretodo los fines de semana. Si optáis por quedaros en la ciudad puede ser el momentos para visitar alguno de los museos de la ciudad, personalmente os recomiendo la Galeria Nacional de Canadá para conocer desde el arte antiguo hasta el más innovador de este continente o para deambular por el barrio chino y compararlo con el de Toronto.

Vista de Ottawa desde el río - Canadá
Vista de Ottawa desde el río – Canadá

Día 5 : Ottawa – Tremblant – Quebec

¡Otro día en el que merece la pena madrugar! Saldremos a primera hora hacía una de mis ciudades favoritas, Quebec. Para llegar a ella atravesamos el río Ottawa hacía la región de los montes Laurentinos llena de lagos y ríos que son un paraíso para hacer todo tipo de actividades de naturaleza. Podremos de hecho, hacer una primera parada en el pueblo de Tremblant, un simpático pueblo que es también un conocido centro de actividades al aire libre durante todo el año. En la excursión de hoy nos acercaremos a una de las Cabane à sucre, más conocidas de Quebec “Chez Dany“, donde visitaremos una plantación de arces y conoceremos todos los secretos de la recogida de la savia. Para completar esa visita nos sentaremos a la mesa de Dany para probar algunos de los platos mas representativos de la gastronomía de Quebec como la tortilla al horno, el jamón cocido con miel de arce o buñuelos bañados o sirope de arce. Una delicia detrás de otra…

La colorida iglesia de Tremblant - Quebec - Canadá
Pueblo de Tremblant – Quebec – Canadá

Si podemos levantarnos de la mesa (!) seguiremos el circuito hacía la ciudad más francesa de Canadá : Quebec. Rodearemos los altos muros que delimitan el Viejo Quebec y visitaremos la plaza de las Armas, las planicies de Abraham, el pulmón verde de la ciudad, el cabo Diamante, la Promenade des Gouverneurs (paseo de los Gobernadores), el Parlamento y terminaremos con la Place Royale que conserva el sabor intacto de lo que fue en siglos pasados el pueblo de Quebec. Y después de este largo recorrido os recomiendo acercaos para cenar hasta el restaurante les “Ancients Canadian“, situado en la ciudad antigua y alojado en dos casas del siglo XVII.  Este precioso local ofrece una cocina de influencia francesa muy marcada pero que también deja sitio a los manjares más tradicionales de Quebec como el pastel de carne, guisos de caribú, ciervo a la miel de arce, wapiti (un tipo de caribú) terminando con postres como la tarta al sirope de arce y crema batida, pastel de azúcar o torrija con caramelo de arce. Y después… ¡a dormir que ha sido un día muy intenso!

Día 6 : Québec

Disfrutaremos de un día libre para todo aquel que quiera conocer algo más de Québec, una de las ciudades más bellas de Canadá o también podemos inclinarnos por hacer una excursión a la Costa de Beaupré. En medio día podremos disfrutar de los paisajes de la Isla Orléans, situados a poco más de un cuarto de hora de la ciudad. Allí podremos admirar los paisajes de viñedos de la punta de la isla y, ¿por qué no?, quizás disfrutar de una visita golosa a la Chocolateria de l’Ile d’Orléans, un establecimiento al que van de propio muchos quebequences para comprar el mejor chocolate elaborado con productos y técnicas francesas y belgas en un edificio de más de 200 años de antigüedad. Durante esta excursión seguiremos el Camino Real de la costa con sus antiguas casas coloniales hasta llegar al Canyon Santa Ana dentro del Parque de la Cascada Montmorency. La cascada Montmorency ya impresiona con sus 83 m de altura (¡más alta que las cataratas del Niagara!) pero es todavía más impactante si decidís verla desde el teleférico, desde el puente suspendido que pasa justo por encima de las aguas o subiendo las escaleras que pasan justo por el lado del acantilado.

Cascades Montmorency - Costa de Beaupré - Canadá
Cascades Montmorency – Costa de Beaupré – Canadá

En meses de verano, a partir de junio, es también muy interesante hacer una excursión para la observación del Oso Negro, el verdadero jefe del bosque que habita en las regiones boscosas de Quebec, una excursión excepcional que no se puede hacer en casi ningún otro sitio y que encanta a todos los visitantes sean adultos o niños.

Día 7 : Quebec – Montreal

Después del desayuno dejaremos atrás la ciudad de Quebec y nos dirigiremos hacía Montreal otra de las ciudades “francesas” de Canadá. A la llegada iniciaremos la visita de la ciudad con una parada en el Estadio Olímpico, seguiremos por el bulevar Saint Laurent, principal arteria de la ciudad donde merece la pena perderse sobre todo a la hora de comer ya que en sus aceras acogen multitud de restaurantes con especialidades de todos los lugares del mundo. Entre su amplia oferta gastronómica os nombraré el “Fooflab“, un restaurante donde comer se convierte y una experiencia de todos los sentidos, el “Bouillon Bilk“, con platos de mercado sencillos y sabrosos, el “Schwartz’suna charcutería hebraica con casi 100 años de antigüedad y unos sandwiches de carne ahumada aclamados por todos o “Le Comptoir” un restaurante “de toda la vida” que ha sabido mantenerse a base de buenos productos y recetas de tintes afrancesados con precios civilizados. Y si os apetece podéis volver por la tarde a tomar un té calentito en un salón de té situado en el número 5326 del Bulevar Saint Laurent, el Cardinal, un lugar de lo más coqueto, ideal para tomar un Earl Grey de lavanda junto con unas galletas hojaldradas de pasas y cortezas de naranja… ¡ya no volveréis a ser los mismos después de eso!

Estadio Olímpico de Montreal - Canadá
Estadio Olímpico de Montreal – Canadá

Seguiremos la visita con la Universidad Mc Gill, el Parque del Mont Royal donde haremos una parada en el Mirador de los Enamorados para disfrutar de este rincón de paz en medio del parque. De camino hacia el Viejo Montreal visitaremos el barrio del Mont Royal, uno de los más animados y populares de la ciudad. Nos acercaremos hasta la plaza de armas testigo de la evolución arquitectónica del lugar con sus edificios de diferentes épocas que culminan con la Básilica de Notre Dame de Montreal, una magnífica joya neo gótica que no dejará a nadie indiferente hasta llegar al Ayuntamiento de Montreal que no dejará de recordarnos el Ayuntamiento de París a todos aquellos que hayan tenido la suerte de visitar la ciudad de las luces con anterioridad.

Después de haber almorzado y descansado un poco, os recomiendo pasear sin rumbo por el Vieux Port, para disfrutar de sus muelles totalmente rehabilitados y orientados sobre todo al turismo. Desde allí se puede ir hasta la Pointe à Callière, cuna histórica de la ciudad de Montreal donde se puede ver el sitio arqueológico de Ville Marie, el primer cementerio de católico de Montreal y la cripta arqueológica de Place Royale así como la antigua casa de Aduana. También cabe destacar el edificio Éperon una construcción moderna donde se encuentra una sala de proyección multimedia, un restaurante, el observatorio del Vieux Port y una parte de la exposición permanente “Aquí nació Montreal”. y si lo que os gusta es sentir el latir de las ciudades podéis dirigiros de nuevo a la plaza Cartier siempre muy animada con sus bares y pequeños restaurantes o dirigiros hacía el Village (métro Beaudry) el barrio gay más grande de Norteamérica que, gracias al apoyo de las autoridades que siempre han querido conjugar idiomas, costumbres e ideologías, es un próspero barrio lleno de restaurantes y hoteles modernos y con diseños muy cuidados.

Vista del Vieux Port de Montreal - Canadá
Vista del Vieux Port de Montreal – Canadá

Pero si lo que necesitáis es ir de compras porque os lo habéis dejado todo para el último día, lo mejor es acercarse hasta la calle Sainte Catherine la calle comercial por excelencia de Montreal.  En el  Boulevard Saint Laurent (o The Main) encontraréis moda extravagante, inusual y original aunque si lo que os va son las tiendas de lujo, no lo dudéis y acercaros hasta Sherbrook, Laurier o Crescent. Si visitáis la ciudad durante el invierno, recordad que las temperaturas pueden alcanzar 30 grados bajo cero (¡si,si!) así que comportaos como un monrealés auténtico y recorred la Ciudad Subterránea con su sinfín de tiendas, restaurantes, cines, pista de hielo… a los largo de más de 32 kilómetros, a la que se puede acceder directamente desde el metro o desde una de las 200 entradas que tiene en las superficie. Para cosas de comer id directemente al Mercado Jean Talon situado en un el barrio de la Pequeña Italia de Montreal o el Mercado Atwater , situado en un bello edificio art-déco donde encontraréis todo lo que imagináis y más.

Día 8 : Salida de Montreal hacía España : Hay que decir adiós a este precioso país y volver a casa…

Quebec y la cultura del sirope de arce

Quebec y la cultura del sirope de arce

La Cabane à Sucre - Quebec
“Cabane à Sucre” típica de Quebec – Canadá

Cuando vuelve el sol a Canadá la vida parece renacer después de un largo letargo invernal. En las ciudades es cambio es evidente, las terrazas se llenan con los más valientes, las aceras se ven invadidas de transeúntes con ganas de sol y festivales y actividades culturales lanzan sus programas. Sin embargo uno de los acontecimientos más tradicionales de los primeros días primaverales es la reapertura de las llamadas “cabanes à sucre” o cabañas de azúcar donde el visitante puede probar sirope de arce bajo cualquier forma que se puedan imaginar.

No es fruto del azar que Canadá tenga la hoja de arce en su bandera ya que además de ser el símbolo del país existe una gran diversidad de especies de este árbol en el territorio que se utiliza mucho en la gastronomía canadiense. Dicen sin embargo que si se quiere probar el mejor sirope de arce de todo Canadá es obligatoria una visita a Quebec y para ello nada mejor que visitar una de estas “cabane à sucre” que no son más que amplias casas de madera de decoración muy tradicional, situadas en medio de un bosque de arces. Hoy en día muchas siguen perteneciendo a una sola familia que se dedica por completo a la recogida del sirope de arce y que aprovecha para dar a conocer a los visitantes tanto los secretos de la fabricación de este néctar como la degustación de platos típicos de Quebec donde no puede faltar el arce como elemento principal o complementario. ¡es una visita a menudo amenizada con canciones folclóricas quebequenses y instrumentos de música de lo más variopinto!

El cultivo del arce para recoger su savia viene de tiempo atrás…. Inspirándose en los amerindios que ya utilizaban esa savia del arce para cocinar sus piezas de caza,  los pioneros venidos de Francia adoptaron esta costumbre para elaborar varios de sus platos y aderezar su repostería. Hoy, son los platos más típicos los que los visitantes pueden degustar en estos comedores de madera y mesas corridas que invitan a camaradería y al buen humor. En el menú no puede faltar : Sopa de arvejas, habas con tocino, jamón cocido en sirope de arce, cortezas de cerdo, tortillas cocidas al horno, tartas de azúcar, crêpes o “abuelos en sirope” que son parecidos a buñuelos pochados en sirope de arce. ¡Nada muy ligero que en Canadá los meses fríos son muy duros! Para terminar, o antes de comer, se ofrece a los comensales una golosina llamada “tire la neige” o lo que sería vendría a ser “estirado sobre la nieve” que son como piruletas hechas con sirope de arce caliente vertido directamente sobre unos recipientes llenos de nieve. El sirope se endurece casi instantáneamente y, con unos palitos, ya tenemos un delicioso caramelo para tomar.

Tire la neige (piruletas de sirope de arce) - Quebec
Tire la neige (piruletas de sirope de arce) – Quebec

Son necesarios unos 40 litros de savia para obtener un litro de sirope puro con su increíble color ambar y un gusto incomparable. Merece la pena ir a una de estas cabaña durante vuestra visita a Canadá por varias razones, la primera es que siempre están situadas en un entorno boscoso de una gran belleza y también porque son una excelente ocasión de conocer de forma más cercana el folclore de Quebec. Los habitantes de Quebec suelen ser muy cercanos y cálidos, son amables por naturaleza y les encanta compartir con sus visitantes sus canciones, bailes, gastronomía… y también aprovechar la ocasión de conocer más a fondo un país del que se sienten muy orgullosos. Con una cultura muy anglosajona pero sin embargo a la vez muy cercana a Francia tanto por el idioma cómo por la historia común, Quebec es un cruce de culturas muy interesante y una parada que sin duda hay que realizar durante un viaje por Canadá y más aún si puede ser una parada gastronómica. ¡Bienvenue chez les Acadiens!

Descubriendo el lado más salvaje de Canadá

Descubriendo el lado más salvaje de Canadá

Bandera de Canadá

No sé a vosotros pero a mi me encanta Canadá, tanto la parte de habla inglesa cómo los territorios que han mantenido el francés como lengua vehicular aunque con algún que otro giro que la hacen un poco difícil de entender ¡por lo menos para mi! Así que si os parece, a lo largo de varios post nos vamos a pasear por este gran país hablando de su naturaleza, su gastronomía, sus costumbres… ¡todo lo necesario para que os apetezca coger una maleta y empezar el viaje!

La ruta más habitual para conocer Canadá es empezando desde Toronto y volviendo por Montreal o al revés. Toronto es una de las mejores ciudades del mundo para vivir según muchos especialistas del tema ya que posee unos de los indices de criminalidad más bajos del mundo, es una ciudad muy implicada en el cuidado del medio ambiente y, además el nivel de vida es más que atractivo. En Toronto es muy recomendable visitar el activo centro financiero, la avenida University con algunos de los hospitales más antiguos de la ciudad y terminar a los pies de la torre más famosa de Toronto, la CN Tower.. Este monumento mide nada menos que 553,33 metros y es el monumento más visitado de la ciudad con más de dos millones de visitas al año. Para todos aquellos que no tienen miedo al vacío os recomiendo subir al mirador de la torre porque además de unas vistas panorámicas sobre toda la ciudad vais a poder disfrutar de la sensación increíble que se siente al andar sobre un suelo de cristal a tanta altura. Para terminar nada mejor que una visita al segundo barrio chino más grande de Canadá y un recorrido gourmet por algunos de los restaurantes asiáticos más conocidos como el Spadina Garden.

Cataratas del Niágara desde la terraza panorámica del restaurante Skylon.
Cataratas del Niágara desde la terraza panorámica del restaurante Skylon.

Desde Toronto es también muy cómodo hacer una excursión hasta las Cataratas del Niagara, uno de los destinos favoritos de los viajes de novios de las parejas americanas. Se puede disfrutar de una excursión de un día con un paseo sobre la nueva pasarela, un vuelo sobre las aguas embravecidas o coger un barco y llegar muy cerca de la caída del agua para volver totalmente empapado con la sensación de haber burlado los elementos. Es muy recomendable también un almuerzo en el restaurante Skylon para disfrutar de unas vistas incomparables sobre las cataratas y, para los más románticos, nada mejor que pasar una noche en “el pueblo más bonito de Ontario” y ver un espectáculo de fuegos artificiales sobre las aguas.

Después de disfrutar de las vistas podemos seguir hasta Ottawa, pasando por la región de las 1000 islas aprovechando la ocasión para hacer un crucero a través e ese paisaje sembrado de islas, algunas de ellas diminutas, donde, desde hace siglos, las personas con mayores ingresos decidieron construirse residencias segundarías para disfrutar del paisaje y de la tranquilidad del lugar. Por eso es un auténtico espectáculo natural y arquitectural visitar este tranquilo lago desde el barco. Se puede completar esta visita, sobre todo si vais con niños, con un recorrido por el por el Upper Village Canada, una reproducción de un típico pueblo canadiense del siglo XIX donde se pueden ver actuaciones, así como tiendas de productos tradicionales (queserías,panaderías) o oficios antiguos como herreros o molineros.

Vista del Castillo de Frontenac y del puerto de Quebec.
Quebec – Vista del Castillo de Frontenac y del puerto.

Después de este día relativamente relajado podríamos irnos hasta una preciosa ciudad Patrimonio de la Humanidad, Quebec. Hace unos 450 años, un navegador francés llamado Jacques Cartier llegaba a esta bonita región de Canadá y más tarde otro francés, Samuel de Champlain, decidía construir allí un trocito de Francia. Por supuesto, también se llevó el idioma francés hasta estas tierras, un idioma que estuvo a punto de pasar a la historia cuando llegaron los ingleses a reclamar las mismas praderas.  Pero curiosamente,  los quebequences decidieron oponerse a la invasión con los armamentos habituales pero también conservando el idioma de Jacques Cartier que se habla todavía hoy en día con giros algo antiguos y ciertos tintes ingleses. Además de divertiros intentando entender lo que dicen los habitantes, podréis disfrutar de una de las ciudades más bellas de Canadá, el viejo Quebec es un viaje a través del tiempo. Podemos empezar con una visita de la place Royale un auténtico pueblecito perdido en medio de la ciudad, el barrio del Petit Champlain, accesible con funicular y con su aspecto de pequeño Montmartre, o el Vieux Port (puerto antiguo) con su preciosa calle Saint Paul llena de tiendas de antigüedades, cafés y terrazas donde disfrutar del paso del tiempo…. Cómo podéis verlo, ¡Quebec es una parada imprescindible durante vuestra visita de Canadá!

Notre-Dame de Montreal
Notre-Dame de Montreal

Para terminar podríamos acercarnos hasta la ciudad más poblada de Quebec : Montreal. Es también una ciudad muy “afrancesada” que ha conservado una gran parte de su patrimonio artístico y cultural y que ofrece a sus visitantes un entorno alegre, dinámico y perfecto para pasar unos días disfrutando a la vez de los monumentos y del ambiente. Entre las cosas que uno no se puede perder en Montreal esta el barrio del Mont Royal con sus casas bajas a las que se accede por unas pocas escaleras de hierro forjado, la calle Sainte Catherine, la arteria principale de la ciudad vieja con sus tiendas, cafés y salas de espectáculo, o el RESO es decir todo el entramado de calles subterráneas que constituyen una segunda ciudad pensada para los días más duros el invierno cuando no apetece poner un pie en la calle. Igual que Toronto, Montreal cuanta con nada menos que 32 kilómetros de galerías subterráneas que son en realidad como un gran centro comercial donde abundan las tiendas, los cafés… con el único fin de mantener a sus clientes calentitos cuando las temperaturas bajan a menos de 20º bajo cero.

Espero que ya os hayan entrado ganas de visitar Canadá con esta pequeña información que he compartido con vosotros… En post posteriores hablaremos de las curiosas “cabañas de azúcar” de Canadá, de la gastronomía canadiense (¡conmigo no podía faltar!), de actividades para hacer en este gran país etc… ¡Hasta muy pronto!