Troia y Setubal: las mejores playas de la Costa de Lisboa

Troia y Setubal: las mejores playas de la Costa de Lisboa

Foto de Chilangoco

 

Se acerca el verano y cada vez tenemos más ganas de sol, playa y tranquilidad…¡por lo menos de día! Entonces ¿porque no acercarnos hasta nuestro país vecino Portugal y disfrutar de sus mejores playas además de conocer mejor un patrimonio artístico y histórico destacable?

Tróia y Setúbal son dos localidades unidas por una península y ofrecen más de 25 kilómetros de playas en su mayor parte situadas en un entorno privilegiado, semi-salvaje, con arenas blancas o doradas solo interrumpidas por grandes rocas y vegetación endémica. Entre estas playas podemos destacar en Setúbal, la playa de Praia de Sao Juliao, la playa Praia do Bico das Lulas, la playa Praia do Arda o la playa de Praia do Portinho da Arrábida una preciosa bahía perteneciente al Parque Natural de la Sierra de Arrábida con aguas de una calidad excepcional que la han convertido en un referente para la practica del buceo con unos bellisimos fondos marinos clasificados dentro del parque natural. Como casi todas la playas de Portugal, los arenales de Troia y Setúbal combinan aguas cristalinas, arenas claras y una vegetación de un verde intenso que siempre gusta a los que buscan playas no masificadas en entorno naturales. Desde Setúbal, se puede ir hasta las  los 18 kilómetros de playas que pertenecen a  Tróia con un ferry que une de manera regular las dos localidades o con un catamarán que hace la ruta siguiendo la costa varias veces al día.

La propia ciudad de Setúbal ofrece también un importante patrimonio histórico como el Castillo San Felipe que domina las ciudad y desde el cuál se puede observar una preciosa panorámica sobre la ciudad, la Catedral de Santa María da Graça imponente por su sencillez o la Iglesia de Jesús un magnífico ejemplo de arte manuelino de finales del siglo XV. Setubal es un excelente punto de partida también para todos aquellos que quieran recorrer el Parque Natural de la Sierra de Arrábida y sea por sus propios medios o siguiendo alguno de los numerosos circuitos temáticos del parque.

Foto de L.Mejuto

Para los quieran descubrir más aspectos de la cultura portuguesa, Lisboa está a tan solo a 40 kilómetros y ofrece el encanto de una ciudad de callejuelas adoquinadas surcadas por los antiguos tranvías que os llevaran desde la Torre de Belem hasta el Monasterio de los Jeronimos donde, por cierto, sería un pecado no sentarse en una terraza cercana para probar el dulce más famoso de la ciudad “los Pasteles de Belem” cuya receta es uno de los secretos mejor guardados del todo el país. En Lisboa merece también una visita el Museo Nacional de los Azulejos, situado en el antiguo Convento de Madre de Deus del siglo XVI y que reune una impresionante colección de  más de 7.ooo piezas en un entorno excepcional. Y no podéis abandonar Lisboa sin ir a escuchar un Fado, la mayor expresión del canto portugués,  que ha sido declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y que se sigue escuchando todas las noches en las calles estrechas y empinadas del Barrio de Alfama, uno de los barrios más populares de la ciudad.

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