
Visitar la Bahía de Ha Long, la joya de Vietnam
He tenido la suerte de viajar a Vietnam a principios de septiembre y no podía por menos que compartir la experiencia con vosotros. Recorrí el país de norte a sur pero de lo primero de lo que voy a hablaros es de la visita que merece por si sola (¡y os prometo que no exagero!) una visita a Vietnam : la Bahía de Halong, Patrimonio de la Humanidad y una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo . Es un lugar increíble que no podéis dejar de ver y al que os aconsejo dedicar al menos dos noches y no una que es lo que ofrecen habitualmente los principales proveedores del destino. Os aseguro que es de los paisajes más bonitos que he visto nunca y que en mi corazón está al mismo nivel que el del Gran Cañón (Estados-Unidos) que ya es mucho decir!
Generalmente, se hace esta excursión desde Hanoi, situada a 175 km y se tarda unas 3 horas en hacer el recorrido por lo que ese día hay que madrugar un poquito… ¡No os preocupéis que lo que vais a ver merece un pequeño madrugón! De todas formas viajar por carretera siempre es un espectáculo en Vietnam aunque solo sea por observar lo que los vietnamitas son capaces de acumular en un moto Vespa. ¡Después de ver 5 personas viajando a la vez en una de esas pequeñas motos no volveréis a ver la vida de la misma forma!
Todos los cruceros, tengan la duración que tengan, salen desde el embarcadero de Baichay que, sinceramente, no le hace justicia a la maravilla natural que vais a tener el placer de conocer en vuestro recorrido por la bahía. Decenas de juncos (¡o imitaciones de los mismos!) esperan a miles de turistas que quieren conocer está maravilla de la naturaleza. No os preocupéis por este rato de ajetreo porque una vez en el barco el tiempo se detiene y solo os queda disfrutar del paisaje… Lo que sí hay que tener en cuenta es que, salvo excepciones, los camarotes son relativamente pequeños por lo que los organizadores siempre aconsejan llevarse una bolsa de viaje pequeña para poner lo estrictamente necesario para la estancia en el barco : un bañador, unas chancletas, el neceser… La maleta principal puede quedarse perfectamente en el autobús mientras disfrutamos de nuestra escapada por la bahía.

La Bahía de Halong es un dédalo de algo más de 2.000 islas nacidas, al parecer, de la batalla entre un dragón e invasores chinos hace miles de años. Esta gesta nos dejó un extensión de algo más de 1.553 kilómetros cuadrados de islitas a menudo inhabitadas pero muchas de ellas con pequeñas calas de arena, cuevas increíbles o algún pueblo palafito escondido donde los habitantes todavía viven de la pesca tradicional. Una vez en el barco no hay nada por lo que preocuparse ya que los viajes siempre son en régimen de pensión completa y hay un guía propio del barco que nos llevará a alguna de las playitas, a las cuevas o nos ofrecerá actividades de buceo o de kayak, una de las más solicitadas durante las visitas a Halong. Entre los lugares de visita cabe destacar la isla de Ti Top que además de tener un pequeña playa en forma de herradura ofrece una de las panorámicas más espectaculares de la bahía de Halong. Eso si, hay que estar avisado, ¡son más de 400 escalones hasta llegar casi al cielo! No olvidemos que Vietnam tiene un clima muy caluroso y muy húmedo por lo que os recomiendo encarecidamente tomároslo con muuucha calma e ir bien provisto de agua porque sino podéis pasarlo francamente mal.

Otra visita imprescindible a la hora de disfrutar de la bahía es la vista a un pueblo de pescadores como el de Vung Vieng. Situado a poco más de 24 kilómetros de la tierra firme este lugar esta totalmente rodeado por las altas paredes de las rocas en la bahía de Bai Tu Long lo que le protege de los tifones y ofrece un entorno de una extraordinaria belleza y tranquilidad. La amabilidad vietnamita es increíble y este lugar no es una excepción, lo crucero incluyen generalmente un paseo en barco de algo más de una hora por esta parte de la bahía y a pesar del esfuerzo, el remero (o remera) siempre están con la sonrisa en los labios. En ese paseo nos acercan un poco más a la casas de pescadores que son unas cabañas de madera colocadas sobre postes. Unas pasarelas unen entre si las casas dando un aspecto algo más compacto al pueblo. Apenas unas 50 casas componen este pueblo donde se recolecta gran parte del pescado y del marisco que tendremos la ocasión de saborear durante nuestra estancia en el junco donde los menús son una verdadero homenaje a los productos del mar que los vietnamitas saber cocinar como nadie, os lo aseguro. También se puede hacer este recorrido en kayak y pasar entre las rocas o por los túneles naturales que se forma entre los promontorios de la bahía, es más esfuerzo pero es también muy gratificante.
Por la noche todos los barcos atracan en alguna cala tranquila de la bahía y solo queda tomar algo en el barco y charlar con los compañeros de viaje ya que estamos en plena naturaleza sin luces, sin bares, sin lugares de ocio… solo la bahía, la noche, el silencio y nosotros : ¡un sueño! Los juncos ofrecen generalmente la posibilidad de dedicarse a la pesca del calamar (¡sea temporada o no!) en la popa del barco con un proyector que enfoca las aguas de la bahía dando la ilusión al pescador que lo va a conseguir. Solo os digo que menos mal que no nos encargamos los propios pasajeros de conseguir nuestro sustento porque sino los cruceros en Halong serían las mejores curas de adelgazamiento del mundo…
Y para terminar, os diré que aunque este crucero fuese solo contemplativo y el junco solo se dedicara a navegar por las aguas de la bahía merece igualmente la pena contratarlo : tener el privilegio de contemplar este lugar e empaparse del los cambios del paisaje según el momento del día, la luz… es un lugar mágico…