
Blanes, entre dos aguas
Cuando visitas Blanes, una de las primeras cosas que te llama la atención, además de su extensa playa, es el islote de Sa Palomera, un montículo al que se puede subir facilmente, y que sirve para separar “oficialmente” la Costa Brava de la Costa Dorada. Subirse a lo mas alto de Sa Palomera sirve para tener a la vista las dos costas mas conocidas de Cataluña.
Con una amplia oferta de habitaciones, ésta población catalana ofrece al visitante actividades de todo tipo que permiten disfrutar de su gastronomía, paseos, terrazas, etc., haciendo su estancia muy agradable. Las fiestas de Santa Anna y Sant Joaquín, que se celebran entre los días 21 y 27 de julio, o la fiesta menor de los Copatrones, a mediados de agosto, aportan la nota cultural a la villa.
Su zona mas antigua, de estrechos callejones está salpicada de pequeñas tabernas que harán las delicias de los paladares mas exquisitos.