
Cerezos en flor en Japón
La llegada del hanami o ” picnic de principio de primavera para admirar los cerezos en flor (sakura)”, ¡los japoneses si que saben resumir!
Viajar a Japón siempre es un gran acontecimiento pero a finales de marzo, principios de abril tiene lugar uno de los momentos más importantes del calendario japonés, el hanami, ese momento donde los cerezos abren sus flores a los primeros rayos de sol de la primavera… Desde principios de enero los medios de comunicación nipones comentan casi cada día la evolución de la floración del cerezo desde Okinawa a Hokkaido.
Esa tradición se conoce desde la época de Nara (siglo VIII). La floración del cerezo coincide con la época de siembra del arroz y la vuelta a las actividades agrícolas después del invierno cuando los agricultores llevaban ofrendas a los dioses y bebían sake en su honor pidiendo una buena cosecha. Un siglo más tarde la Corte Imperial de Kyoto hizo suya esta festividad que pasó a simbolizar una metáfora de la vida : luminosa y bella pero también frágil y pasajera. Los samourai adoptaron la costumbre de sentarse bajo las ramas de los cerezos en flor para comer y beber ya que en Japón se dice que “Si la flor del cerezo es la más destacada de las flores, el samurai es el más destacado de los hombres”. Ellos anhelaban morir en su máximo esplendor antes de marchitarse tal como la flor de los sakura que rara vez se marchita en el árbol ya que es arrastrada por el viento en plena floración y máximo esplendor. Hoy en día esta celebración coincide con el principio del año escolar y universitario y también con el principio del año fiscal.

La varieda “Sakura” es un cerezo que no da frutos, solo se le cultiva por sus flores que apenas duran unos días pero que ofrecen unas imágenes realmente asombrosas y muy bellas, el país entero se tiñe entonces de rosa… El pastel conmemorativo del hanami está hecho de pasta de judía roja y envuelto en arroz molido y teñido de rosa y se sirve en una hoja de cerezo en salazón. Por otra parte si el crisantemo es la flor oficial de Japón ya que se asocia a la familia imperial, la flor del cerezo de cinco pétalos es seguramente la más querida por todos los japoneses. Le han dedicados innumerables canciones tradicionales, cuadros, dibujos a tinta china y es un motivo decorativo que se encuentra sin descanso en quimonos, vajilla, muebles etc… ¡incluso en la moneda de 100 YEN!
Cada ciudad, cada región tiene sus parque donde poder admirar estos árboles, sin embargo, algunos sitios sitios se consideran como los imprescindibles para cualquier japonés. En Tokyo no os podéis perder el parque Ueno y el parque Shinji Chidorigafuchi cerca del Palacio Imperial donde se puede alquilar barcas para ver a la vez los cerezos y las altas murallas del Palacio. En Kamahura, los cerezos forman un verdadero arco de flores y ramas que lleva hasta el Santuario Tsurugaoka Hachimangu, el Dankazura.
En Kyoto, el árbol más visitado está en el parque Maruyama, un inmenso sakura llorón iluminado por las noches y que bordea el camino de los Filósofos aunque quizás el sitio más visitado sea el Monte Yoshino con sus más 30.000 cerezos cubriendo enteramente las faldas de la montaña. En cualquiera de esos sitios encontrará parejas, amigos o compañeros de trabajo tomando un sake y esperando que un pétalo de flor caiga suavemente en su vaso otorgándole así suerte para todo el año venidero. ¡Tchin tchin!
