Creo que esta frase ofrece una visión muy romántica del viajero, se refiere a una forma de viajar que quizás hayamos tenido que dejar un poco atrás por el ritmo de vida, el poco tiempo del que se dispone a menudo para viajar o porque es tan fácil viajar cómodamente que a menudo renunciamos a pasar fatigas para descubrir el mundo…

Hace unos años plantearse viajar era toda una aventura, yo soy hija de emigrantes y mis padres volvían a España solo una vez al año porque los viajes eran caros y no era tan sencillo desplazarse de un país a otro. Ahora podemos ir tranquilamente de un lugar a otro teniendo casi siempre varios itinerarios, precios y fechas donde elegir.

Por ello creo que esta frase es un pequeño homenaje a todos aquellos que consideran que viajar es una aventura y que se colocan una mochila al hombro sabiendo solo de donde salen y seguros de donde van a volver. ¿Pero cuando y como? Eso es otra historia…

Foto de Caroline Castillo